ILIM - PARTE II.V

Unatash retiró la mano de su espada, -Es una justa sospecha, yo en su lugar también la tendría, pero también me pregunto, ¿Dónde está el muchacho, el rastreador, que hicieron con él?-, Bozorda también relajó su postura, -Está en buenas manos-, los cuatro se quedaron en silencio, -Si lo que necesita es que contemos los hechos, podríamos hacerlo aquí, reunir a todos en el gran salón y que se enteren de lo que sucedió-, rompió el silencio Ildoith. Una de las puertas del pasillo se abrió, el sonido de las bisagras rechinantes hizo que todos miraran, Doranti salió de la habitación, llevaba un pañuelo de algodón y sus ojos hinchados de haber llorado, su cara era triste, -Los escuché, creo que todos los habrán escuchado con sus gritos, que vergüenza, pobre jovencito Maegus, toda una vida por delante, arrebatada-, Dolf bajó la cabeza, -Perdone nuestra indiscreción maese, pero es demasiado que procesar de primera-, Doranti asintió, luego miró a Ildoith, -No puedo imaginar tu sufrimiento niña, tienes las puertas abiertas para hablar en cualquier momento-, Ildoith asintió y sus ojos se llenaron de lágrimas, luego Doranti miró a Bozorda y a Unatash, -Lo que ha sucedido, obviamente las tiene al borde de sus emociones, pero no dejen que nuble su juicio-, Bozorda se apuró a contestar, -Anglestom ha sido atacada, y una fuerza oscura está anidada en esa montaña, no puedo darme el lujo de perder tiempo en triviales procedimientos, cuánto más rápido sepa quienes son los culpables, más rápido podré atacar el lugar-, Unatash resopló, -Necesitarás más que simple hierro, fuego por lo menos, sacerdotes y magos también, el enemigo no morirá simplemente si le cortas la cabeza-, Bozorda hizo una mueca sonriente, -Efectivamente, y tú lo sabes muy bien, pues tú tienes el poder para hacerlo-, Unatash asintió, -Ese poder nos salvó, pero no pude salvar al capataz-, Bozorda asintió, -¿Entonces no lo has entrenado?-, Unatash negó con la cabeza, todos volvieron a quedar en silencio.
Doranti aprovechó la oportunidad, -Hay algo que deberían ver, vengan, lo tengo en la sala de escribas, me ha llamado la atención-
Los cinco caminaron hacia allí, los ánimos ya empezaban a calmarse, Doranti le dió la llave a Ildoith para que abriera, pues iba a ser más rápido.
-He encontrado algo en uno de los pasillos, me resulta, extraño que estuviera aquí, miren-, Doranti caminó lo más rápido que pudo hacia su escritorio, encima de él, se encontraba un gran pañuelo de seda violeta tapando lo que pareciera ser una caja, removió el pañuelo, revelando una pequeña caja improvisada, Bozorda y Unatash se tomaron la frente, sintieron un malestar repentino, -¿Qué es eso?-, preguntó Unatash, Doranti se encogió de hombros y se sorprendió de la reacción de ambas, luego abrió la caja, dejando al descubierto una espiga de trigo, los malestares de ambas se acentuaron. -Protectio-, dijo Bozorda, y sus ojos se iluminaron con luz blanca, luego el malestar que sentía desapareció, y pudo enfocarse en la espiga de trigo, podía verla cubierta en una niebla negra, luego se acercó a ella y la tomó, -Divinitio-, recitó y la miró por unos segundos, luego la soltó, su mirada mostraba preocupación, aun con sus ojos encendidos en blanco, -Esta espiga está maldita, no puedo determinar el efecto, pero alguien la maldijo, parece podrida por dentro, ¿Y me está diciendo que la encontraron aquí?-, Doranti asintió, -Me pareció raro, y también noté que estaba maldita, pero no entiendo el propósito-, Dolf se cruzó de brazos, -¿Podrida dices? ¿Eso tendrá que ver con el reciente hedor que las bebidas alcohólicas están teniendo?-, Bozorda miró a Dolf, -¿Hedor? ¿Como un olor fuerte y penetrante?-, Dolf asintió y miró a Doranti, -¿No lo ha sentido?-, Doranti negó con la cabeza, -Yo ya no bebo muchacho, pero, podríamos intentar algo-, luego miró hacia los estantes lejanos de la sala y los señaló, -Ildoith, tu sabes donde, ¿Podrías traer el alcohol que utilizamos para borrar las manchas?-, Ildoith asintió y rápidamente fue a buscarlo, notó que en el estante faltaban algunos suministros, como uno de los morteros y unos cinceles, tomó la botella y un cuenco, y luego volvió entregando la botella y puso el cuenco sobre la mesa, Doranti tomó la espiga con cuidado y la puso dentro y le vertió el alcohol encima, Bozorda miró fijamente el proceso, cuando el alcohol tomó contacto con la espiga, la niebla se disipó, formando una capa de una sustancia zopisa sobre ella, Unatash sintió que su malestar se iba, -Se fué, el malestar-, Bozorda negó con la cabeza, -Tienen que ver esto, apoyen su mano en mi hombro, máximo dos a la vez-. Los cuatro se turnaron, pudieron ver con claridad la espiga estaba cubierta de negro, -¿Esto es posible verlo si la bebida ya fue procesada? Tenemos un barril en la cocina que hemos dejado de lado- preguntó Dolf, Unatash se apuró a responder, -Vamos allí, tenemos que verlo- y salió de la sala de escribas, Ildoith la siguió por detrás, y luego Bozorda, -¿Qué hacemos nosotros?-, preguntó Dolf a Bozorda mientras se iba, -Busquen sacerdotes, anti maleficios y de ser posible, a quien podría tener contacto con trigo-

Bozorda, Ildoith y Unatash recorrieron los pasillos a paso acelerado, e ingresaron al salón comedor, -Nadie beba nada que contenga alcohol, órdenes de la guardia de la ciudad-, gritó Bozorda sin detener su paso, -Bajen sus jarras, ahora-, acotó Unatash, el lugar quedó en silencio, y luego solo se oía el murmullo entre las mesas, Ildoith se adelantó e ingresó a la cocina y se dirigió al personal, -Tenemos un problema, dejen todo lo que están haciendo,  ¿Dónde está el barril defectuoso?-, le señalaron un barril apoyado en una esquina, Bozorda y Unatash ingresaron a la cocina e Ildoith les señaló el barril, -Esta cocina es parte de una investigación de las autoridades de Anglestom, rehusarse a cooperar resultará en arresto- dijo Bozorda, Ildoith frunció el ceño, -Ya están asustados lo suficiente como para que les metas más miedo, el barril es este-, palmeó el barril, -Por favor Julia, tráeme una jarra-, la asistente del cocinero asintió, temblando y a los tropiezos tomó una jarra y se la dió en la mano, Ildoith le sonrió e hizo un gesto de agradecimiento, luego sacó el tapón del costado inferior del barril y llenó la jarra, Bozorda vió el proceso, el líquido que salía del barril, bajo su hechizo de visión, era negro y humeante como el contenido de un caldero de bruja, Unatash tocó su hombro y vio lo mismo, -Viertelo sobre algo, una manzana por ejemplo-.
El cocinero señaló una despensa, -Allí guardamos los vegetales-, Unatash asintió, -¿Podría darnos algo?-, el cocinero asintió, abrió la despensa y les alcanzó una lechuga, se la notaba fresca, del día, -Es de hoy, recién cosechada de la granja de los Hilfen-, Unatash asintió en agradecimiento, -Ildoith, ¿Podrías verter el contenido sobre ella?-, Ildoith asintió, y cuidadosamente y sin salpicar, cubrió parte de la lechuga con la bebida, luego tocó el hombro de Bozorda. La lechuga comenzó a cubrirse también de la resina negra que tenía la espiga, y se extendió hasta las partes que no habían sido tocadas, al cabo de unos segundos, era una gran bola negra resinosa y maldita, pero imperceptible al ojo común.
Bozorda pensó unos momentos, -¿Quién bebió de este barril?-, el cocinero la miró, su cara cambió a una expresión de susto, -Yo lo hice, siempre pruebo el barril, para evitar partidas defectuosas-, asintió y se acercó a él, puso su palma en el pecho del cocinero, -Relevio-, el cuerpo del cocinero se iluminó, revelando ante todos que su torrente sanguíneo completo estaba comprometido por la maldición, -Oh no- exclamaron todos menos Bozorda, quien mantuvo el aplomo, el cocinero examinaba su cuerpo, horrorizado e intentaba futilmente de espantar la maldición de su cuerpo frotándose los brazos, -¿Qué es esto? Tengo que irme de aquí, déjenme salir- e intentó huir. Unatash lo interceptó, -Se que es difícil, pero intente mantener la calma, si el resto allí fuera lo ve así va a causar pánico general-, el cocinero miró para los costados, buscando otra ruta de escape, pero no la había, miró hacia la mesa donde faenaban las aves, se abalanzó a ella y tomó un cuchillo y lo apuntó a Unatash -Dejame ir, no me importa, ¿Dónde está el sacerdote?-. Unatash se paró firmemente, Ildoith y Bozorda comenzaron a acercarse lentamente, -Hey, calmemonos, ¿si?, esto es nuevo para nosotros también-, dijo Ildoith, el cocinero la miró, luego intercambió la vista entre los cuatro, Julia también comenzó a acercarse, pero no dijo nada, no podía pues era muda, pero le hacía gestos con sus brazos y cara para que se calmara, -¿Qué va a pasar conmigo?- preguntó en voz alta y con un tono de desesperación.
Bozorda lo miró fijamente, midiendo la distancia entre ella y el cuchillo, era más alta que el cocinero, por lo que lo podía avasallar tanto en altura como velocidad de ser necesario, -La guardia todavía está investigando, por su seguridad, debería acompañarnos, solicitaremos una habitación en el templo para usted mientras la investigación se desarrolla- dijo en su tono más político y calmo, lo que hacía la frase artificial y sospechosa a cualquier oído, el cocinero apuntó el cuchillo hacia Bozorda, visiblemente enojado y asustado, -A mi no me engañas, vas a meterme en un calabozo y perder la llave, ¿verdad?, no quieres ayudar-, Ildoith se acercó un poco más, -Mantén la calma, intenta dar opciones para mantenerte a ti y a los demás a salvo-, el cocinero entonces apuntó el cuchillo a Ildoith visiblemente más enojado, -¿Estás con ellos? Desagradecida, te dimos lugar aquí y ahora quieres que me lleven detenido para jamás ser libre, ahora que vistes ese uniforme pomposo-, luego se escuchó un golpe metálico, y el cocinero soltó el cuchillo y cayó al suelo inconsciente, estaban tan preocupadas por el cuchillo que no se percataron que Julia tomó posición detrás de él y lo golpeó en la cabeza con una sartén, las tres la miraron, ella solo respondió encogiéndose de hombros.
Con la situación del cocinero ya controlada, tuvieron un momento para pensar. Unatash pasó la vista por la cocina, y vió la bolsa de harina, tenía el sello de la granja Hilfen en ella, se acercó a ella y el malestar se comenzó a acentuar, -Protectio- dijo, en un intento de invocar el mismo poder que Bozorda, pero sin éxito. Bozorda se acercó a ella, -No estás lista para ese hechizo, raro, es básico-, Unatash recordó lo que le había costado canalizar su fuerza para eliminar con poder divino a los no muertos, -Tal vez se me haya agotado-, Bozorda negó, -Falta de entrenamiento, la Orden parece no estar interesada en que tus poderes evolucionen, de todas maneras, ¿Qué intentas hacer?-, Unatash metió la mano dentro del costal de harina de trigo, sentía un calor recorriendo sus dedos, entrecerró los ojos del dolor. Bozorda invocó el hechizo de protección sobre Unatash, y luego el de adivinación. Ambas podían ver que la harina estaba rodeada de la misma niebla que la espiga, Unatash dejó sobre la mesa el puñado y lo separó en dos, -No es solo la bebida, es cualquier alimento fabricado a base de esta harina, ¿Dónde hay agua? Tengo que comprobar si el agua también reacciona igual-, Julia se apuró y bombeó agua de un grifo, y le entregó el contenedor, luego Unatash cuidadosamente vierte un poco de agua sobre uno de los puñados, la harina se mojó, pero la niebla no se convertía en la resina, -¿Hay algún alquimista aquí? Tiene que ver esto-, Ildoith pensó, -Si, cerca de el salón de escribas está el departamento de investigación científica y reactivos, pero a esta hora no creo que se encuentre allí-, Bozorda miró a Ildoith, -Entonces habrá que buscarlo, tendrás que encargarte de ello, ve ahora, nosotros estaremos aquí-, Ildoith no recibió de buena gana la orden, pero entendió que era necesario, -Volveré con Doranti, tal vez sepa algo- luego salió de la cocina, de manera calma para no alertar al resto. Luego, Bozorda se dirigió a Julia, -Sal de aquí, calmadamente, y no hables con nadie-, Julia rió por esa frase, luego se fué. Finalmente se dirigió a Unatash, -Aprovecharé este momento que no hay otros oídos aquí y te lo preguntaré, ¿Tienes idea de qué es lo que guarda esa escotilla la cual están todos interesados en poner sus manos en ella?-, Unatash pensó un momento la respuesta, no había mentiras ni medias verdades que pudiera decir convincentemente, no confiaba en ella, pero mentirle era literalmente imposible, -La Orden me envió aquí diciendo que esa estructura iba a causar problemas, nunca me dijeron sobre que contiene, ni como abrirla, esas respuestas no me fueron dadas-, Bozorda escuchó atentamente, sabía que no mentía, en su línea de trabajo es necesario interpretar cuando un sospechoso miente, o en su caso, llevar consigo un anillo de Intención, de esa manera, podía saber exactamente quién lo hacía, luego de unos momentos de silencio, se aclaró la garganta, -La Orden de la Luz Abrasadora, se supone que deben ser los protectores y caballeros del mundo post Desorden, pero solo percibo que ocultan información y deliberadamente mantienen a uno de sus miembros con un poder único, aplacado-, Unatash frunció el ceño, -La Orden ha sido mi vida desde hace tiempo, no creo que sea tan mala como dices, ¿O acaso tú le cuentas todo a tus subordinados?-, Bozorda rió, -Estar a cargo de la seguridad de esta ciudadela no se compara, y no escondo información, el arte del secretismo y el engaño no se llevan con mantener la paz, desde que estoy en el cargo, he sacado a la maleza que había echado raíces aquí, utilizando su posición de autoridad para sacar beneficios, así como espero total verdad y lealtad, yo debo dar lo mismo, tal vez para ti, o para el resto no se comprenda, pero no los culpo, ya nacieron defectuosos-, Unatash inclinaba a darle la razón en su discurso, hasta que se refirió a ella como un defecto, -¿Perdón? ¿Acaso mi linaje me hace defectuosa?-, Bozorda revoleó los ojos en hastío, -No lo tomes personal, no hablo específicamente de ti. Entiendo que para ustedes los mestizos, el mundo es un lugar hostil, los que se hacen llamar de raza pura los menosprecian, pero incluso entre las razas puras se menosprecian, el habitante original y promedio de este mundo ya nació con una semilla de orgullo que en su mayoría florece en pensamientos de superioridad racial, por eso es que el último regalo de los dioses a este mundo podrido fuimos nosotros-, atentamente, Unatash oía cada palabra que decía, y no encontraba fallas en su lógica pero seguía con preguntas, -¿Nosotros? ¿Tu y yo?-, Bozorda negó, -Tú y yo compartimos otro regalo, que es ser catalizadores del poder divino, a otro nivel que un sacerdote. Pero no me refiero a eso, me refiero a nosotros los Bidanamu o como se nos ha catalogado, la evolución de los seres pensantes-, Unatash se sorprendió, había oído hablar de los Bidanamu, pero nunca había visto uno, de hecho, pensaba que todos vivían en la isla flotante de Tartahel, era de conocimiento general, -¿Y cómo es que estás aquí?-, Bozorda asintió, -Hay algo que deberías saber-, la puerta de la cocina se abrió, Ildoith, Doranti, Dolf y el alquimista gnomo Truitek entraron en la cocina.
-A ver si espabilamos un poco aquí-, dijo Truitek en un tono mandón que no se conllevaba con su voz aguda, rebuscó en su túnica violeta y azul y en su cartera de cuero sus lentes y se los puso eran de un cristal espeso y un marco de metal dorado, llevaba un pequeño contenedor de no más de un centímetro forjado a cada lado de los cristales con un botón en la parte superior, -Maldito hollín, siempre molestando-, presionó el botón izquierdo de uno de los contenedores y una pequeña mezcla de agua jabonosa empapó los cristales, luego presionó el botón derecho, y un pequeño soplo de aire los secó, -Como nuevos, muestrenme-, señalaron la mesa donde estaban los pilones de harina, Truitek tomó una banca y dando pasos largos se acercó a la mesa, y luego se subió a la banca para tener visión, Bozorda lanzó el hechizo de adivinación sobre el alquimista, a quién se le iluminaron los ojos.
Truitek observó detenidamente por un buen rato los pilones, utilizando una cuchara que había allí movió los pilones, los mezcló, intentó separarlos, al cabo de un rato, toda la harina de la mesa estaba envuelta en esa resina invisible, hizo pruebas con agua, alcohol, manteca, los demás lo miraban en silencio, finalmente, el gnomo se dirigió a ellos, -No es una maldición en sí por sí misma, verán, lo que hay aquí es una mezcla de reactivos que juntos forman una versión más invasiva de un veneno de efecto retardado llamado Agarre de Ortakan, para el que no lo sepa, el Agarre de Ortakan ingresa al organismo de la víctima, es completamente inofensivo hasta que, quien fuera el administrador del veneno diga la frase activadora a la cual está sujeta la reacción final-, su voz estaba demasiado calma, considerando la revelación, Bozorda frunció el ceño, -¿Entonces? ¿A qué te refieres con una versión más invasiva?-, el gnomo se acomodó los anteojos y carraspeó, -Como seguramente has visto, el objeto envenenado en su estado normal, o sea en forma de vapor, causaría la muerte de quién lo haya ingerido, pero luego, la versión potenciada con esa especie de gelatina que se le forma, genera lo que yo llamaría una ameba que se aloja y toma control de todas las propiedades físicas del material envenenado, en esencia, es un parásito.-, Dolf frunció el ceño y se rascó la parte trasera de la cabeza en confusión, -Muchas palabras complicadas, ¿Estás diciendo que bebés deformes e invisibles están creciendo dentro del cuerpo de la gente?-, Truitek se masajeó la sien y suspiró, -Si quieres tomarlo así, si-, Unatash se apresuró a preguntar, -¿Y por qué vuelven a la vida los muertos?-, el gnomo la señaló y sonrió levemente, -Ahí es donde está la cuestión, cuando el dueño original del cuerpo muere, el parásito toma su lugar-.
Bozorda hizo un gesto de disgusto combinado con enojo, Ildoith pensó unos momentos, -Entonces si alguien muere, y esta cosa está dentro del cuerpo, ¿En qué momento vuelve a funcionar?-, el gnomo se encogió de hombros, -Eso no lo sé, creo que depende de quien haya proporcionado el veneno en primera instancia-, Bozorda miró al gnomo, visiblemente enojada, -Sabes demasiado sobre esto, ¿Por qué?-. El gnomo la miró unos momentos, luego se sacó los lentes, -El componente principal, el veneno, es un hechizo básico que las cofradías de asesinos y espías cuentan con él, luego de El Gran Desorden varios de sus secretos han quedado expuestos, y durante todos estos años no se había usado, ya que los nobles y adinerados se protegían de él, de hecho, así es como me gané la vida un tiempo, luego de varios años, y cuando todo parecía calmo, el negocio decayó-, se quedó en silencio, Ildoith lo escuchó atentamente, y complementó la pregunta de Bozorda, -¿Y el asunto del parásito?-, la cocina quedó en silencio, el gnomo tomó unos momentos para pensar la respuesta, miraba fijamente al suelo, luego contestó, -Esa no es una pregunta que deba ser contestada en una cocina, vayamos a la sala de escribas-, el resto se miró entre sí, por fin tendrían respuestas de algo, luego asintieron con la cabeza y se retiraron de a poco hacia la sala de escribas.

El asistente del decano Ohurrat aprovechó la confusión inicial del incendio de la mina para ingresar a la oficina del decano y robar los lingotes de oro de la Orden, no tenía la llave de la cerradura del escritorio donde estaban guardados, pero había aprendido el arte de abrir cerraduras con ganzúas y luego tomó uno de los caballos del establo de la Academia y salió por la entrada trasera de Anglestom, los guardias de la puerta habían abandonado su puesto para ver el humo desde la parte superior de la pared, lo que demostraba la incompetencia de algunas de las personas a cargo de la seguridad, si la mina hubiera sido una maniobra de distracción para luego atacar por detrás, las fuerzas invasoras ya hubieran tomado posición hace rato.. Dió un rodeo al perímetro de la ciudad, debía llegar a la mina y reunirse con un hombre apodado Cuervo, pero no podía utilizar la ruta principal, no podía dejar que se lo descubriera que eran aliados, debido a esto, el viaje tardó un poco más de lo previsto. Al llegar a la entrada de la excavación, tuvo que esconderse un buen rato, para su suerte, logró ver a Ildoith y Unatash contemplando las columnas de humo y fuego, y pudo reaccionar a tiempo, lo que lo retrasó unos veinte minutos aproximadamente, hasta que las figuras de ambas se perdieran en el horizonte, luego entró a la excavación.
Sintió el espeso aire ocasionado por el incendio y la carne quemada, los no muertos restantes lo observan, inmóviles, rehuyendo la mirada hacia ellos, sus ojos se posaron sobre los muertos, se tapó la boca para ahogar un grito y el miedo corrió por su cuerpo, la muerte no era tan poética como él tenía en mente, pilas de cadáveres sanguinolentos, con mordeduras, expresiones de horror y dolor, nada parecido a los muertos de los funerales,  -¿Qué ha pasado aquí?-, murmuró, empezaba a tener dudas, -Nada que no haya sabido, ¿Está dudando, niño Hilfen?-, la voz de Veroltz resonó por todo el predio, Ohurrat miró hacia donde la voz provenía, no entendía cómo sabía su nombre, abrazó los lingotes de oro, y lo vió, era un hombre más joven que él y había masacrado a muchas personas,  Veroltz caminó hacia él, extendiendo su brazo izquierdo y con su mano abierta, -Creo que tiene algo para mí-, dijo mientras una mueca de sonrisa aparecía sobre su rostro, Ohurrat se sorprendió que fueran las mismas palabras que el decano había utilizado con la mestiza de la Orden, -¿Quién eres?- preguntó con miedo asintió, Veroltz sonrió y encogió sus hombros, -Amigo, no reconoces a tu camarada Cuervo cuando estás frente a él?-. Ohurrat lo miró, era un poco más bajo de como se había descrito en la carta, asintió levemente, -¿Por qué hiciste esto?-, Veroltz puso sus manos en la cintura y rió levemente, -Es lo que habíamos hablado,¿lo recuerdas?.
Ohurrat recordó, había entrado a un programa de correspondencia anónima a nivel mundial, hacía pocos meses entabló contacto con Cuervo, quien decía ser proveniente del este, ambos compartían el desprecio por los mestizos y escribieron casos hipotéticos de cómo podrían destruir sus respectivas ciudades y luego se convertirían en sus salvadores. En las cartas comentó algunas cosas pertinentes a la seguridad y recursos de Anglestom, aprovechando su posición cercana al decano, quien tenía conocimientos de la operatoria de la ciudad, -¿Quién eres en realidad?- preguntó tímidamente. Veroltz volvió a suspirar, -A ustedes los nacidos post Desorden, ¿Les han hablado de Beretenia realmente?-, hubo un momento de silencio, Ohurrat pensó unos momentos, -Los libros nombran a Beretenia como el eje de la maldad pura a la cual los héroes de la llama lograron detener, luego solo desapareció, sin dejar rastros-.
Veroltz frunció el ceño y se cruzó de brazos, emanaba ira, -Así que solo desapareció, ¿Y no les han contado como?, no me mientas-, solo recibió un gesto de negación en respuesta, lo que lo sorprendió, pero estaba preparado para ello, asintió con la cabeza, -Eso explica muchas cosas-, se quedó meditando unos momentos, -Entregame los lingotes, ahora-, el tono cordial pasó a uno hosco. Ohurrat le entregó los lingotes y juntó fuerzas para hacerle una pregunta, -¿Y ahora qué?-, Veroltz sopesó los lingotes, oro macizo, una sonrisa se dibujaba en su rostro, luego miró a Ohurrat, y señaló hacia una carreta, -Quiero que veas eso-, Ohurrat miró la carreta, había un gran bulto cubierto con varias mantas, -¿Qué es eso?- preguntó, Veroltz hizo un ademán para que se acercara, -Velo como un regalo-.
Ohurrat se acercó lentamente a la carreta y movió despacio una de las mantas, la visión de la cara de Maegus entró rápidamente a sus retinas y lo golpeó fuerte emocionalmente, se sintió mareado, -Es… es el hijo del noble… el mestizo… ¿Sabes quién es?... ¿Por qué está congelado?-, Veroltz rió, -Por supuesto que sé quién es, y por eso mismo está congelado-, se acercó a su lado, -¿Acaso no has dicho que odias a los mestizos?, pensé que te alegraría, ¿O acaso todas esas cartas que has escrito eran puras mentiras?-, el tono de Veroltz cada vez era más imponente, Ohurrat empezó a  temblar, -Yo no sabía que iba a ser así, es demasiado-, Veroltz cambió su expresión a un enojo severo y tomó a Ohurrat del cabello y golpeó su frente contra el lado de la carreta, -¿Que no sería así?, ¿Y como esperabas que fuera?-, volvió a golpearle la cabeza, luego lo lanzó contra el suelo, Ohurrat, sangrando por una cortadura en la frente se cubría para evitar futuros golpes, -Pensé que solo iban a causar algún que otro problema, no que iba en serio…-, Veroltz lo pateó dos veces en las costillas, -¿Para tí entonces esto era un juego? Un niño de ciudad, bien comido y seguro en la comodidad de cuatro paredes fantaseando con la destrucción del orden establecido,, ¿Crees que para nosotros esto es un juego?-, Ohurrat tosió un hilo de sangre y recuperó el aliento, -¿Nosotros? ¿De qué hablas?-, Veroltz lo tomó del cabello y se puso cara a cara con él, -Cuervo, Águila, Pantera, León, ¿No recuerdas?-, Ohurrat recordaba vagamente la mención en las cartas, tomó fuerzas para hablar, -Tus amigos, pero sigo sin ver el punto-, Veroltz se alejó un poco, -Tendrás que honrar las palabras escritas aquella vez, ¿Necesitas que te las recuerde?-, luego lo soltó y buscó entre los pliegues de su ropa, sacó una carta, la desplegó y comenzó a leerla, imitando la voz de Ohurrat, -No veo la hora de ver todo arder, esta ciudad, este continente, demonios, incluso el mundo, ver caer Tartahel y estrellarse, dejando un gran cráter, de sólo imaginarlo río solo, no pertenezco a este lugar, ojalá vuelva a resurgir algo como lo que sucedió en el Desorden, vengar a Beretenia de los tiranos de la llama, ellos no ayudan a los necesitados, solo son títeres de la codicia, cuando ese día pase, yo estaré en primera línea, haciendo mi parte-, Veroltz dejó de leer, guardó la carta y luego miró a Ohurrat con una mirada presumida, -Adivina, ese día llegó-, Ohurrat negó con la cabeza varias veces, -No entiendo, ¿cuál es tu plan?-, miró el perímetro del predio, -¿Qué piensas que sucederá ahora? Estás rodeado, eres tú solo y estas, cosas-, Veroltz se cruzó de brazos, -Ahora mismo, estamos parados sobre el último regalo del dios Acheron a la humanidad, las puertas de Varkand, solo tenemos que abrirla, y no hay mucho que puedan hacer-.
Era la primer vez que Ohurrat escuchaba ese nombre, -¿Acheron? ¿Varkand?, ¿De qué hablas?-, esa pregunta confundió a Veroltz, -Vaya, hicieron un buen trabajo escondiendo todo, la realidad es que no puedo perder más tiempo contigo, tendrás que cumplir tu promesa, o te la haré cumplir, el plan está en marcha y no puedo permitir que dudes-. Ohurrat pensó un momento, lo que había empezado como una tontería en papel, fue tomado por esta persona como algo serio, y las consecuencias ya habían empezado a sentirse, tal vez debería seguirle la corriente, luego buscaría una manera para huir, -¿Qué debo hacer?-, miró al carruaje de reojo, todavía no daba crédito a la muerte de Maegus, Veroltz señaló el carro, -Nada difícil, tendrás que llevar el cuerpo del mestizo hacia su padre, a la Estancia del León Blanco en Verderkorst-, la cara de Ohurrat mostraba incredulidad y temor, -¿Es una broma verdad? ¿Voy a cruzar el continente cargando un carruaje con el hijo muerto de un noble a pie? Tardaré semanas en llegar allí, se descompondrá-, su voz denotaba desesperación, pero Veroltz no cambió su postura ni tampoco hizo nada para tranquilizarlo, -No es broma, pero mira el lado positivo, me he tomado la molestia de armar un itinerario de viaje-, sacó de uno de sus pliegues un mapa con la ruta trazada, lo desplegó y se lo mostró, -¿Lo entiendes?, es sencillo, solo tienes que ir en línea recta por la ruta comercial Anglestom-Verderkost El hechizo de congelamiento durará una semana, tienes una semana para encontrarte con Cuervo en Hadagik, luego, en otra semana te encontrarás con Pantera en Lethlem, y luego con León en Verderkost.  Parece duro, pero la causa lo vale, ¿No?-, la voz de Veroltz empezaba a denotar entusiasmo, sentía que el plan estaba empezando a formarse.
Ohurrat miró el mapa detenidamente, -Con todo este poder que tienes, ¿Por qué no teletransportarse allí directamente?, ¿Y por qué debo encontrarme con tus cómplices?-, Veroltz sonrió, luego rió, -Porque me caes bien, escucha, te estamos dando la oportunidad de sobrevivir a lo que está por venir, siéntete honrado, así como tu, hay otros a los cuales hemos encontrado, así que no te sientas especial eh, luego habrá que repoblar este mundo, no sabes las muchachas jóvenes hijas de nobles tan hermosas que hemos reclutado, anímate, además, el hechizo de congelamiento no durará eternamente, siete días, eso dura, apúrate antes que se termine-, Ohurrat se sintió acorralado, -¿Y cómo sabré identificarlos a los otros tres? ¿Y como los encontraré?- preguntó, cada segundo el panorama pintaba más y más desolador. Veroltz se señaló a sí mismo, -Tenemos el mismo símbolo grabado, además, no hay muchas carretas tripuladas por un solo hombre que circule rutas comerciales, sería un despropósito, con todos los asaltantes de caminos y eso-, Ohurrat cayó en la cuenta de eso, los asaltantes de caminos, podrían acabar con él enseguida, no sabía luchar, en su vida había tomado una espada, decidió usar eso, -Pues, no me haré responsable si me asaltan, no tengo manera de defenderme-.
Veroltz rió, -Supuse que dirías eso-, sus manos comenzaron a formar una neblina roja carmesí, la que luego fue formando en la punta de sus dedos unas estacas convirtiendo sus manos en una peligrosa arma y su piel perdía brillo, Ohurrat no podía reaccionar a lo que estaba viendo, no daba crédito, intentó salir de su asombro, decir algo, pero no podía, la demoníaca visión ante él lo paralizó, ¿Cómo alguien podía tener tanto poder?. Sin mediar más palabras, Veroltz apuntó sus estacas hacia Ohurrat y las mismas salieron disparadas a gran velocidad hacia él, atravesándolo de lado a lado, no sintió dolor, y ninguna había atravesado un órgano vital, luego los pedazos sobresalientes comenzaron a caerse, dejando solamente dentro de él esos proyectiles carmesí, sentía un calor recorrer su cuerpo y las heridas se cerraron al instante, como si nada le hubiera sucedido, -¿Qué demonios?- exclamó Ohurrat, había vuelto en sí, la piel de Veroltz volvió a su color natural, sacó un vial igual al que contenía el alma de Maegus, pero este tenía una esencia de color rojo, y bebió su contenido, -Es un, ¿protocolo de seguridad? ¿Así le llaman, cierto?, si en algún momento te ves en peligro, solo mira a quién o a quiénes te quieren lastimar y deja que eso haga el trabajo, perderás parte de tu alma, pero vivirás, y si nos traicionas, te matarán al instante-. Ohurrat se tomó la cabeza, -No es posible que…-, Veroltz lo interrumpió, -No puedo perder más tiempo contigo, comienza tu viaje, saluda a todos por mí-, Veroltz se alejó de él, y los no muertos rodeaban a Ohurrat formando un camino hacia el carruaje, sin otra alternativa lo tomó, y se dirigió a la salida, escoltado por ellos, dió un último vistazo a la mina y el camino hacia Anglestom, con la esperanza de que algo de último momento lo salvara, estaba solo.

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